¿Cómo somos lo
puertorriqueños?
Al igual que todos los países de América, Puerto Rico ha atravesado por muchas situaciones y cambios en su historia. En un principio, era habitado por los indios tainos, pero con la llegada de los españoles se extinguieron debido a la explotación de los indios, enfermedades que trajeron los españoles y las guerras contra los tainos. Tiempo después, Puerto Rico fue invadido por los Estados Unidos, pasando a ser una posesión de los mismos. Debido a este trasfondo histórico, los puertorriqueños hemos sufrido grandes cambios en nuestra cultura. A pesar de ser uno de los países más alegres del mundo, los problemas sociales y políticos han cambiado significativamente nuestra forma de ser. Toda noticia o suceso importante en nuestras vidas, a pesar de los problemas y las adversidades, siempre encontramos la manera de poder continuar con una sonrisa y con esa alegría que nos identifica. Han sido los avances tecnológicos, la criminalidad y la pérdida de valores los mayores factores que nos cambiado como pueblo.
Los puertorriqueños somos conocidos por nuestra inmensa alegría hacia todo. Todo es un motivo de celebración, incluso nos aseguramos que todo el mundo se entere. Igualmente, cuando un puertorriqueño nos representa ante el mundo, la alegría que llevamos se deja sentir. Uno de los sucesos que más demuestra nuestra felicidad son las navidades puertorriqueñas, siendo esta uno de los eventos más esperados por los puertorriqueños y una de las más extensas. De igual manera, otro gran evento que nos caracteriza son las famosas Fiestas de las Calles San Sebastián. Por otro lado, los avances de la tecnología han sido uno de los grandes factores que han cambiado nuestra cultura.
Hace unas décadas, las familias puertorriqueñas eran bien distintas a las de la actualidad, pues solían compartir en familia y comunicarse más. Los niños no contaban con los recursos tecnológicos de ahora, pero siempre buscaban la forma de divertirse sanamente entorno a la naturaleza. La tecnología ha impactado el mundo entero, y Puerto Rico no ha sido la excepción, trayendo consigo grandes beneficios, pero también algunas desventajas. En las familias, sobre todo, se puede observar el impacto social que ha tenido el uso de celulares y otros aparatos electrónicos. Un ejemplo claro se puede observar en los restaurantes. Al mirar alrededor, la mayoría de las familias están pendientes a sus celulares en lugar de estar conversando y compartiendo en familia. Este, y otros ejemplos más, reflejan el cambio en la cultura puertorriqueña debido a la tecnología.
La criminalidad en Puerto Rico es otro de los factores que ha cambiado nuestra forma de ser, el cual abarca desde la violencia hasta los problemas de droga. Nos encontramos en una sociedad que no respeta la vida y no tiene tolerancia. A los criminales no les tiembla la mano en deshacerse de quienes se interpongan en su camino. Vivimos en tiempos que de tan solo mirar a alguien de forma que el receptor no le agrade, corremos el riesgo de ser agredidos verbal y hasta físicamente. El criminal en la calle dispara sin pensarlo, sin importar a quienes otros puedan herir, inclusive asesinar. La criminalidad ha llegado al punto de que a los criminales ya no les importa esconderse, pueden salir de día, tarde o de noche. Ya no les interesa ser discretos. Inclusivamente, en muchas ocasiones el sistema judicial no ayuda, realizando tratos con los delincuentes y manteniéndolos en la libre comunidad realizado sus fechorías.
La criminalidad siempre ha existido, pero su aumento tan significativo se debe principalmente a la pérdida de valores. Hoy día, los valores que se enseñan no son los mismos. Antes, a los niños se les inculcaba el respeto, la solidaridad, la tolerancia y mantenían su inocencia. En estos días, a la edad de diez años, los niños ya están pensando en sexo, fiestas, drogas, alcohol y otros problemas que son muy complicados para su edad. Los niños hace veinte años no se atrevían a levantarles la voz a sus padres, no como ahora que los amenazan como si los mandaran y le faltan el respeto de todas las maneras posibles. Lo más grave de esta sociedad es que a muchos padres no les interesa inculcarles los valores correctos a sus hijos, dejando que se críen en la calle convirtiéndose en criminales.
Los puertorriqueños somos conocidos como personas felices y alegres, llenas de orgullo en el interior de nuestros corazones y de una grandiosa cultura. A pesar de los momentos difíciles que estamos atravesando como país y de los cambios que hemos sufrido, aun no es tarde para volver a sonreír como pueblo y hacer de Puerto Rico un mejor lugar para vivir. El cambio más importante que debemos dar es inculcarles valores a los jóvenes de nuestra sociedad, ya que son el futuro del país y si ellos crecen mal, el país lo hará. No tan solo los jóvenes, sino todos como sociedad, tenemos que aprender a respetarnos unos a los otros, ser serviciales, personas humildes y vivir juntos en armonía. Los valores comienzan en el hogar, por lo que es necesario el compromiso de todas las familias para poder crear un impacto positivo en la sociedad y un mejor futuro para todos. Unidos todo es posible. El cambio empieza por ti mismo, ¿estás dispuesto a cambiar?