Ambiente
¿Por qué tanta luz?
El ambiente ecológico es uno de los componentes más importantes para la vida, sin embargo, está siendo afectado por la mano del ser humano. La contaminación lumínica es uno de los problemas que actualmente está afectando nuestra isla. El exceso de iluminación en Puerto Rico genera una gran cantidad de problemas provocando la contaminación lumínica, o por luz. La contaminación lumínica es la iluminación de la noche causada por fuentes de luz artificial que impacta desfavorablemente la esencia natural de las noches, nuestro ambiente, los recursos naturales y la salud de los seres humanos. Constituye a su vez como indicador del uso ineficiente de energía y del desperdicio de fondos públicos y privados.
El 18.7% de la superficie del planeta está expuesto a la contaminación lumínica. Entre ese 18.7% se encuentra Puerto Rico, que es el país que más energía gasta por kilómetros cuadrados mundialmente. Nosotros consumimos más energía que ciudades grandes de una alta población como Nueva York, Madrid y diversos lugares de Europa. Debido a que brillamos tanto durante la noche, los astronautas nos llaman: “The Shining Star of the Caribbean”.
La contaminación lumínica en Puerto Rico es causada por varios factores, mayormente por el alumbrado de postes que no son favorables al ambiente, anuncios prendidos a toda potencia y edificios que se quedan completamente iluminados después de horas laborables. También es causada por las luces de seguridad. Pensamos que con estas encendidas toda la noche vamos a estar más seguros. Además, las luces de botes, lanchas, centros comerciales y que barcos son intensamente iluminados durante toda la noche afectando adversamente nuestro entorno.
Este problema afecta a los ecosistemas que nos rodean. A causa de la contaminación lumínica se altera el patrón de vida y anidaje de las tortugas marinas, entre ellas el Tinglar, la tortuga marina más grande del planeta que existe desde antes de los dinosaurios y actualmente está en peligro de extinción. Cuando las tortugas anidan, buscan el reflejo de la luna en el mar para regresar a este. Sin embargo, en playas iluminadas artificialmente se confunden y se dirigen hacia esas fuentes de luz, arriesgando su vida a depredadores y cazadores inescrupulosos. En el caso de los huevos de tortuga, cuando eclosionan (salen del huevo) ellas tienen un tiempo corto para regresar al mar porque se deshidratan. Cuando se confunden con fuentes de luz artificial, aumenta la probabilidad de muerte por esta deshidratación o por depredadores. Por otro lado, altera el patrón de vuelo de las aves nocturnas ya que se desorientan con tanta iluminación y chocan con edificios.
Puerto Rico es el país con mayor cantidad de bahías bioluminiscentes tiene en el mundo. Además, nuestras bahías son las más brillantes del mundo. Por consecuencia se afecta el turismo tanto local como extranjero porque ya no va a haber bahías bioluminiscentes para visitar. De 12 cuerpos de agua bioluminiscentes en Puerto Rico, quedan nueve, tres de estas tienen bioluminiscencia permanente. La bahía bioluminiscente de la Parguera, está en peligro de desaparecer. Estos organismos de agua con dinoflagelados están amenazados por la contaminación lumínica. La contaminación lumínica resulta en un gasto de fondos públicos y privados. Además, contribuye al calentamiento global, ya que aumenta la producción de gases de invernadero. Estos gases afectan directamente al coquí del cual estamos tan orgullosos. Pero sobre todo, estamos perdiendo aceleradamente nuestros cielos nocturnos. Nos hemos olvidado que son una parte importante de nuestro patrimonio nacional. La contaminación lumínica no nos deja apreciar la belleza de las estrellas y de los planetas durante la noche. En una encuesta en el año 2006 en Inglaterra, más del 50% de los 2,000 encuestados reportó ver sólo diez estrellas de la constelación Orión. Astrónomos indicaron que se debía poder ver 250 estrellas de esta constelación en una noche de luna nueva.
Desgraciadamente, nosotros los puertorriqueños vivimos con la filosofía de que mientras más iluminado yo esté, más protegido voy a estar y más importante voy a ser. La realidad del caso es, que el pillo que tiene intenciones de robar, va a robar con o sin luz y el tener tu casa bien iluminada lo que demuestra es la ignorancia, porque no saben el daño que le están haciendo al ecosistema, aunque no te afecta a ti directamente.
Investigación científica sobre los efectos de la contaminación lumínica es escasa y fragmentada. En agosto de 2008, se aprobó una ley sobre la protección del ambiente contra contaminación lumínica, pero la Junta de Calidad Ambiental todavía no ha redactado el reglamento necesario para poner en función la ley.
El Fideicomiso de Conservación de Puerto Rico tiene un plan piloto en Fajardo que se lanzó en diciembre de 2007. Este se llama Puerto Rico Brilla Naturalmente. Actualmente el proyecto está trabajando con diversas organizaciones y pueblos para controlar la emisión de luz durante la noche. La Reserva Natural Las Cabezas de San Juan en Fajardo, ya cumplió con el cambio de todas las luminarias en sus facilidades para controlar la emisión de luz. Además, están trabajando con el hotel El Conquistador para que cambie toda la iluminación del hotel a luminarias favorables al ambiente. También están trabajando con la iluminación del área de Las Croabas y del Balneario Seven Seas de Parques Nacionales. Además, el Fideicomiso trabaja en redactar una ordenanza municipal para el municipio de Fajardo. Afortunadamente, el alcalde de Fajardo, Honorable Aníbal Meléndez Rivera y el pueblo como tal, se ha involucrado en el proyecto. Para mayo, el Fideicomiso de Conservación habrá terminado la formación de una página electrónica en donde el público podrá accesar todo tipo de información acerca de la contaminación lumínica y de la Reserva Natural Las Cabezas de San Juan en Fajardo.
Sobre este grave problema, hasta el momento, existe escasa conciencia social, pese a que genera numerosas y perjudiciales consecuencias como son el aumento del gasto energético y económico, la intrusión lumínica, la inseguridad vial, el dificultar el tráfico aéreo y marítimo, el daño a los ecosistemas nocturnos y la degradación del cielo nocturno, patrimonio natural y cultural, con la consiguiente pérdida de percepción del Universo y los problemas causados a los observatorios astronómicas. Digamos que desde comienzos de los años 1980 existen diferentes movimientos organizados de gente preocupada por este problema y que promueven campañas de prevención de la contaminación lumínica. Es posible aplicar medidas que, manteniendo un correcto nivel de iluminación, llevarían a prevenir el problema de la contaminación lumínica como las siguientes: Impedir que la luz se emita por encima de la horizontal y dirigirla sólo allí donde es necesaria. Emplear de forma generalizada luminarias apantalladas cuyo flujo luminoso se dirija únicamente hacia abajo, podemos usar lámparas de espectro poco contaminante y gran eficiencia energética, preferentemente de vapor de sodio a baja presión (VSBP) o de vapor de sodio a alta presión (VSAP), con una potencia adecuada al uso. Iluminar exclusivamente aquellas áreas que lo necesiten, de arriba hacia abajo y sin dejar que la luz escape fuera de estas zonas. Ajustar los niveles de iluminación en el suelo a los recomendados por organismos como el Instituto Astrofísico de Canarias o la Comisión Internacional de Iluminación. Regular el apagado de iluminaciones ornamentales, monumentales y publicitarias. Prohibir los cañones de luz o láser y cualquier proyector que envíe la luz hacia el cielo. Reducir el consumo en horas de menor actividad, mediante el empleo de reductores de flujo en la red pública o el apagado selectivo de luminarias. Apagar totalmente las luminarias que no sean necesarias.
Hay muchas cosas que nosotros podemos hacer para solucionar la contaminación lumínica en Puerto Rico. Debemos apagar la luz cuando no sea necesaria y evitar iluminar árboles o fachadas de estructuras desde abajo hacia arriba. Debemos utilizar iluminación uniforme y moderada que mejore la visibilidad en las carreteras y aceras, sin sacrificar la seguridad nocturna. Debemos utilizar detectores de movimiento para aplicaciones de seguridad con luces que se enciendan rápido y reducir o eliminar todas las fuentes directas de luz artificial en playas de anidaje de tortugas marinas. Debemos reemplazar las bombillas existentes por bombillas de más eficiencia energética y largos de onda que reduzcan el resplandor o brillo cegador nocturno con luces color ámbar o amarillo. Debemos exigir cambios en el alumbrado eléctrico municipal y estatal para reducir los efectos de la contaminación lumínica y los gastos públicos en consumo energético. Si esto no funciona, debemos considerar impulsar ordenanzas o reglamentación para controlar la contaminación lumínica a nivel municipal o a nivel estatal. Pero, sobre todo debemos estudiar y aprender sobre el tema de la contaminación lumínica para que todo el pueblo de Puerto Rico esté consciente de lo que está pasando a nuestro alrededor y el daño que nos hace a todos.
Referencias:
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Ambiental, J. d. (2014, Abril 23). Retrieved from http://www2.pr.gov/agencias/jca/areasprogramaticas/PrevencionContaminacionLuminica/Pages/Programa-para-el-Control-y-la-Prevenci%C3%B3n-de-la-Contaminaci%C3%B3n-Lum%C3%ADnica.aspx
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